
Ubicada en la margen izquierda del Rio Sella, la tribu astur de los Penios, pocas veces citada por los historiadores y de la que apenas se han encontrado hallazgos epigráficos, ha sido una de las tribus más tardíamente romanizadas y la que en sus poblados más recónditos ha conservado durante siglos elementos de cultura céltica más universales.
De los 22 “populi” astures referidos por Plinio; A. Schulten, consultando otras fuentes clásicas cita solamente a 11 tribus, siendo una de ellas los Poeni. Parece ser que los Penios ocuparon un ámplio territorio que iniciándose en la rivera occidental del rio Sella, en el concejo de Parres, se interna hacia el interior en dirección a los puertos del Pontón y Tarna, que son los lugares de nacimiento de los ríos Sella y Nalón. El límite territorial respecto a las tribus cántabras de Orgenomescos y Vadinienses, es el curso del rio Sella. Los límites con las tribus astures más occidentales son inciertos, si bien un mojón fronterizo (“ ASTURU.ET.LUGGONU”) hallado en Piloña, marca la divisoria entre Luggones y Penios. Se tiene certeza de que la tribu de los Pennios estaba conformada por los clanes de los Caelionicaecos y los Quetianos. Quizás también otros clanes pertenecientes a los Penios serían: los Pembelos en Parres, los Arcadeunos en Corao y los Arnumínos en Cangas de Onís. Respecto a los Caelionicae, el Boletín de la Academia de la Historia, 61,480 CIL.II recoge la cita epigráfica de una estela funeraria encontrada en el puerto de Sueve: “ ….CAELIONICAE .EX .GENTE .PENIORUM….”. También a orillas del Danubio se encontró una lapida que era recordatorio de tres astures integrados en las tropas auxiliares romanas, uno de ellos era citado como peniius”. Además de estas evidencias epigráficas, varios topónimos y el nombre de dos localidades actuales son una referencia clara al nombre de la tribu. Muy próximo a Arriondas y en la confluencia del Sella y el Piloña está ubicado el poblado de Pendás. En la carretera N-625 que une Sajambre con Cangas de Onís se halla el pueblo de Pen. Todos los pueblos costeros del mar Cantábrico junto a sus vecinos Atlánticos y los de las Islas Británicas e Irlanda, integrados en el llamado “Arco Atlántico”, poseen un abanico de semejanzas lingüísticas, culturales y religiosas. Lo mismo que hay una sinonímia entre la tribu astur de los Albiones con el Reino Unido( isla que el navegante griego Piteas llamó Albión), existe una relación entre los Penios y los habitantes de Irlanda (la ancestral Eire). Se puede elucubrar sobre un origen común debido a las migraciones marítimas comerciales que los fenicios y los focceos realizaron bordeando la costa de la península Ibérica en busca de las riquezas estañíferas de las septentrionales islas Casitérides. A veces, el nombre de una localidad alude a la etnia que la había fundado. Ptolomeo cita la ciudad levantina de Bastuli-Poeni, como referencia a los colonizadores fenicios (phoenii). Los Penios respecto a los habitantes de Eire comparten equivalencias lingüísticas. En los relatos mitológicos de la segunda genealogía de Irlanda se cita a Phenius-Farsa, como el famoso príncipe erudito y anterior a Gallan. En Phenius-Farsa hay equivalencias etimológicas con nuestra tribu. Phenius, semánticamente es el origen del héroe irlandés Finn y de los famosos guerreros Fennians. También Phenius es fonéticamente similar a Penios. Farsa, como topónimo deriva del arábigo Paras, que tiene gran parecido fonético con Parres, actual nombre del concejo donde se asienta una gran parte del territorio de los Penios. La consideración semántica y fonética que hizo L. Hervás en 1803 se reafirma por otras similitudes culturales como el hallazgo en los confines del territorio Penio, en la localidad Lois, de uno de los famosos calderos irlandeses de bronce. Otro apareció en Cuevas y un tercero en Cabárceno. Curiosa coincidencia el que la capital del municipio de Cabárceno sea Penagos. El consumo ritual de carne por parte de élites guerreras y religiosas tiene su origen en la cultura mediterránea oriental y se elaboraba en los referidos calderos de bronce. Otro elemento que identifica a Penios e Irlandeses, tiene que ver con la religiosidad. Además de un genérico celta común a todos los pueblos del “Arco Atlántico”, en territorio de Penios se confirman ancestrales advocaciones a dioses como Bel y Taranis. Para los irlandeses, la gran fiesta primaveral de Beltane era un momento primordial del calendario festivo. Seguramente en la tribu de los Penios también se celebrase de manera muy especial esa fiesta de mayo, porque en este territorio un riachuelo y un pueblo se denominan Beleños, como reliquia del ancestral culto a Bel. Estrabón dijo que los pueblos del norte adoraban a un dios inominado y que en su estructura social no había druidas. Sin embargo, en el territorio de Penios , más concretamente en la reserva dolménica y tumular de Cangas de Onís, está documentado que existió un sacerdocio, similar al druidismo irlandés. En el Dolmen de Santa Cruz, desde tiempos ignotos se celebraron los enterramientos de los jefes tribales. Este rito pervivió al menos hasta el siglo VIII, porque los funerales del rey Favila se celebraron en este lugar y fueron oficiados por un “Vate” llamado Asterio. Entre irlandeses y Penios además del mismo sustrato étnico colonizador, de los comerciantes fenicios, el estuario del Sella favoreció que en siglos posteriores las travesías marítimas de cabotaje entre Irlanda y los pueblos de la costa Cantábrica encontraran en este puerto unas posibilidades de asentamiento, vinculación cultural y reintegración étnica. Además, las invasiones medievales que los Sajones y Anglos efectuaron sobre las Islas Británicas obligaron a emigraciones permanentes de tribus de Eire y Britania hacia lugares favorables de la costa Cantábrica, reforzando las ancestrales raíces célticas de los pueblos hispanos que los acogieron. Por lo expuesto el traje y el lábaro del grupo, de tipología astur, llevará algún elemento de la iconografía e indumentaria irlandesa.